Terapia by Sebastian Fitzek

Terapia by Sebastian Fitzek

autor:Sebastian Fitzek [Fitzek, Sebastian]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2006-05-01T04:00:00+00:00


26

Parkum, un día antes de la verdad

Poco después de las ocho, el teléfono sonó y despertó a Viktor, que se arrastró escaleras abajo y descolgó el auricular con la esperanza de que fuera Isabell que por fin le devolvía la llamada, pero no era ella.

—¿Leyó la nota que le dejé?

«Anna».

—Sí. —Viktor carraspeó y volvió a toser. Retomar la conversación le llevó varios segundos.

—Ayer no quise molestarlo, pero estuve pensando toda la tarde y también por la noche.

«¿Y diste un paseo, quizá por mi dormitorio?».

—Finalmente he reunido el valor suficiente para contarle el final.

«El final de Josy».

—Muy bien —graznó Viktor, y se asombró de que ella no comentara nada acerca de su empeoramiento. A lo mejor se debía a que ella tampoco se encontraba muy bien, por lo que parecía, pero eso podía deberse al mal estado de la línea. El teléfono emitía un zumbido, como en las conversaciones transatlánticas de los años setenta del siglo pasado.

—Si no le importa, me gustaría hablarle de ello ahora, por teléfono. Hoy no me siento muy bien y prefiero no ir a visitarlo, pero quisiera quitármelo de encima.

—Desde luego.

Viktor se miró los pies desnudos, irritado por no haber pensado en ponerse un albornoz y un par de pantuflas.

—Le dije que tuvimos que huir del hogar de Charlotte, ese castillo de la isla, ¿verdad?

—Del mal, como dijo usted. Sí, me lo dijo.

Viktor había acercado la alfombrilla persa, que normalmente estaba debajo de la mesa, delante del sofá, con el pie. Así que al menos no estaba descalzo sobre el parqué.

—Corrimos al coche y partimos rumbo a Hamburgo. Charlotte no me dijo por qué nos dirigíamos allí. Sólo me dijo cómo llegar y yo conduje.

—¿Qué pasó en Hamburgo?

—Nos instalamos en el Hyatt de la Mönckebergstrasse. Ella me dejó elegir el hotel y opté por ese alojamiento de lujo porque en tiempos mejores había mantenido fructíferas conversaciones de negocios con mi agente en el vestíbulo de ese hotel. Esperaba que el perfume elegante que se percibía en él me despertara recuerdos antiguos más placenteros.

Viktor asintió con la cabeza. El mismo se había alojado con frecuencia en ese cinco estrellas, de preferencia en la suite de lujo.

—Por desgracia, ocurrió lo contrario. Me sentía cada vez más deprimida e irritada, y a duras penas lograba pensar con claridad. Además, Charlotte se convirtió en una carga cada vez mayor. Se encontraba bastante mal y no dejaba de hacerme reproches, así que volví a administrarle los medicamentos y, cuando se durmió, empecé a trabajar.

—¿En la continuación de su libro?

—Sí. Tenía que terminar de escribirlo si no quería quedarme atrapada para siempre en aquella pesadilla. Al menos eso pensé. Y tras cavilar un buen rato, encontré algo parecido a un hilo conductor para el siguiente capítulo.

—¿En qué consistía ese hilo?

—Debía escribir sobre la causa de la enfermedad de Charlotte teniendo en cuenta los indicios que ella me había proporcionado. Ella decía que todo había empezado en el bungalow. Por eso al principio consideré que debía contar la historia de manera que los primeros síntomas de la enfermedad se manifestaran en la casa del bosque.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.